imagen de osiris.net
En la tumba de Montuherkhepeshef (TT 20), además de aparecer como es habitual en la procesión funeraria, el arrastre del tekenu se repite –cosa excepcional- el registro superior de uno de los paneles más interesantes y conocidos de esta tumba, en el que además de las consabidas escenas de matanza y despiece de bóvidos aparece el célebre episodio del sacrificio de nubios. Por desgracia, el panel está bastante deteriorado, y buena parte de las imágenes y de los textos que acompañan se reconstruyen solo parcialmente y con notables dudas. Afortunadamente, en la capilla de Djehuty (TT 11) este mismo registro se ha conservado relativamente bien, permitiendo completar al de la TT 20.
Así, la combinación de ambas escenas proporciona un documento excepcional relativo al tekenu, fundamentalmente por dos razones. Primero porque el oficiante que asume este papel aparece representado hasta en tres ocasiones en el mismo registro o secuencia de imágenes, cuando lo normal es que solo figure una vez en el conjunto de los rituales funerarios de una tumba. En segundo lugar, porque en estas escenas el tekenu aparece como una figura dinámica, en movimiento, realizando una serie de actos sucesivos de lo que entendemos como una secuencia dramática ritual. La secuencia de actos o momentos elegidos para describir el desarrollo del ritual es la siguiente:
imagen: osirisnet.net
2) A continuación, lo encontramos sobre el trineo, también bajo un breve texto claramente alusivo a lo que representa la escena, es decir, a la acción de tumbarse o tenderse en el trineo, que es arrastrado por cuatro hombres. Gracias a los relieves de la capilla de Djehuty, sabemos que el que marcha en cabeza, el director quizás de esta liturgia, es el sacerdote-selqet, que tiene una especial relación con los rituales del tekenu. Esta representación se ha conservado en la TT 20, pero de nuevo tampoco en la capilla de Djehuty.
3) La tercera y última aparición del tekenu en la secuencia ritual, a la izquierda según miramos la escena, supone quizás la mayor novedad y la imagen más significativa. Casi perdida en la TT 20, se ha conservado prácticamente intacta en la capilla de la tumba de Djehuty: por delante del sacerdote-selqet y del grupo que arrastra el trineo vemos un personaje que sostiene en la mano un bulto de forma globulosa del que salen dos apéndices. Delante de él, un texto en columna lo identifica claramente como el tekenu. Además su tocado de cabello corto, que deja la oreja al descubierto, lo diferencia de los sacerdotes que arrastran el trineo, siendo idéntico a las otras dos imágenes de nuestro personaje en el mismo registro. En el extremo izquierdo de la escena, cerrándola, aparece otro texto, más largo y en tres columnas, cuya lectura, aunque presenta algunas dificultades, incluye la mención de la piel-meska, la que cubre al tekenu y que caracteriza a nuestro personaje.
Esta piel es a nuestro entender el bulto globuloso antes mencionado, y posiblemente esta secuencia de imágenes tenga que ver con a la acción de despojarse de ella y depositarla en algún lugar. Los relieves de las tumbas de Djehuty y Montuherkhepeshef permiten conocer adonde va a parar la piel-meska del tekenu: su destino final es ser arrojada a un pozo, acompañando a los trozos más selectos del toro sacrificado, el corazón y la pata, acompañados de un mechón de cabellos.
En resumen, la combinación de las imágenes grabadas en las tumbas TT 11 y TT 20 muestra como se pueden reconstruir los episodios rituales del funeral, en este caso uno protagonizado por el tekenu: nuestro oficiante se cubre con el manto o piel, y se tiende o acuesta en el trineo, arrastrado por otros oficiantes. Una vez realizada esta acción, el tekenu se libera de la piel, que, como ofrenda o despojo sagrado va a parar a un pozo ritual junto con las partes escogidas del toro, algo que, dicho sea de paso, puede ayudar a comprender que aparezca el tekenu con cierta frecuencia asociado a escenas del sacrificio de bóvidos. Cabe esperar que la puesta en valor del nuevo repertorio iconográfico que proporciona la capilla de Djehuty, y sobre todo su cotejo y comparación con las escenas de la tumba de Montuherkhepeshef, abran nuevas perspectivas y caminos para lograr a una mejor comprensión de esta serie de rituales funerarios, que hasta ahora constituían un documento único y de difícil interpretación.
http://www.excavacionegipto.com/progreso/articulo_serrano20091216_03.html
La forma del tekenu de la tumba de Ramose coincide con la de este personaje que esta en esa forma, es decir en posición fetal en la tumba de Montuhirkhepeshef
fuengte: egyptology
http://www.egyptopedia.fr/entree.php?lettre=A&entree=Akhethetep,%20Chapelle%20d'Akhethetep
De la página web de egyptology, me gusta esta imagen que muestra la procesión funeraria con el sujeto agachado en el trineo
Es la imagen de la tumba de Montuhirkhepeshef
a imagen del tekenu de la tumba de Ramose
Sobre el tekenu, hay una página web interesante y gráfica:
Elisa Castel (diccionario ) cita lo siguiente sobre el tekenu:
Es una enigmática figura que ha tenido múltiples interpretaciones y que aparece representada sobre las tumbas desde el periodo tinita, relacionada con las ceremonias que se realizaban en los funerales y en concreto con la ceremonia de la “Apertura de la Boca”.
Entre algunas formas de representarse aparece como un hombre acurrucado, tapado con una piel o sudario, con la cabeza asomando y sobre un trineo. Algunas veces esta cabeza humana no aparece y simplemente el Tekenu adopta una forma indeterminada,. En otros casos, simplemente aparece un individuo agachado y, finalmente, hay ejemplos en los que lo representa un hombre vestido con una indumentaria de tipo sudario, pero con líneas horizontales rojas.
Una de las múltiples interpretaciones apunta a que en el interior de este “paquete” podían agruparse aquellos órganos internos del ser humano que no se introducían en los vasos canopos, vísceras que no podían ser eliminadas sin más. Otra hipótesis afirma que simbolizaba el cuerpo en sí mismo, o que es la iconografía heredada del arcaico sacrificio humano que se practicó en periodos remotos y que involucraba a un prisionero extranjero. Es decir, que este objeto pudo reproducir, de forma simbólica, una inmolación que realmente ya no se practicaba, pero que de forma mágica se llevaba a cabo “idealmente” sin crueldad ninguna.
Cuando está manifestado en un hombre acurrucado y envuelto en un sudario encarnaba al difunto que, una vez que se despojaba de la tela envolvente, rememoraba el renacimiento, pudiendo ponerse en paralelo con la salida del niño del útero.
Para Reeder el Tekenu no es un receptáculo donde agrupar los órganos y tejidos humanos que no se habían introducido en los canopos sino que: “Seguramente el tekenu es un actor principal en las ceremonias funerarias, conduciendo la procesión, con gente gritando a su paso durante el camino a la tumba”.
En cualquier caso, parece que el Tekenu estaba encarnado en sacerdote Sem cuando, entrando en trance, actuaba en un momento concreto de los funerales, es decir cuando acudía en busca del “alma” del difunto, llevando a cabo un rito de transformación. En un pasaje del texto de la “Apertura de la Boca” se indica que el individuo “duerme” o “duerme profundamente”, quizá un modo de expresar lo que hoy entenderíamos por trance.
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(fuente: Djejhuty diRIO DE EXCAVACIONES)
Realmente interesante
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